Bajo la lluvia. (Parte IV)

Jueves, 21 de febrero. 04:20

"Me desperté sin motivo y miré a mi derecha. Él estaba ahí. Dormía como un bebé, como siempre lo hacía. Me desperecé sin moverme demasiado y me recosté en su pecho. Le observé mientras  con mis dedos jugueteaba con sus pelitos del pecho. En ese momento me sentí la persona más feliz del mundo. No había tenido sexo con él, pero aquel beso cuando dijo que me amaba, fue el beso más bonito de toda mi vida. Incluso más que cuando nos acostamos la primera vez. Eso sí fue magia, eso sí fue bonito. Lo añoraba. Lo añoraba tanto como añoraba la paz y la tranquilidad. La felicidad... Pero me daba miedo lo que podía salir de ahí. Ambos no estábamos en condiciones de intentar nada. Yo sé, aunque Lucas no me dijera nada, que él seguía con Marla. También me habían dicho sus ojos que él estaba bien, estaba tranquilo y sereno. Sus ojos me contaron cosas que él nunca me diría, como lo que influyó en su decisión de venir a estudiar su máster aquí. 
Quizás tampoco veía el momento de volver con él porque en casa me esperaba un novio con el que hacía cinco meses que no hablaba. Y no es porque no nos viéramos, no. Dormíamos juntos cada noche. Piel con piel. Incluso había noches en las que me apetecía sentirlo dentro de mí. Sé que le quiero. No de la forma que quiero a mi Sandy, pero, como él ha dicho, no hay una palabra, una comparación, para lo que siento por él. Y eso me quema. 
Me acerqué a su boca y lo volví a besar. Sé que él me sonrío aunque no lo viera bien por culpa de la oscuridad. Él siempre sonreía cuando dormía. Siempre. Todo él representa al amor, yo creo. Nunca he encontrado a nadie la mitad de amor que él. 
Lo abracé con fuerza mientras dormía y se giró involuntariamente hacia el lado contrario. Era su forma de avisarme que quería que hiciéramos la cuchara. Pero yo no podía abusar de su hospitalidad. Me levanté y busqué mi ropa. Vi que seguía húmeda y me puse a escribirle una nota que terminó siendo un relato. 
Aquí tienes una parte de la historia del libro que sé que quieres escribir. Te lo regalo. (Quita esta parte para que te sirva y yo sigo escribiendo.) 
Estaba sentada en la cocina, en el taburete que tenía para la barra. Curioso que en casa de una persona haya dos taburetes. Quizás, al igual que esa casa, su vida no estaba hecha para uno solo. (Cielo, cuánto me gustaría que aprendieras a valorarte y que comprendieras que vales más que cualquiera.) 
Que yo lo quisiera no es un misterio para nadie. Pero que nos hubiésemos encontrado en esta ciudad, lejos de su tierra y de la mía, lejos del lugar donde nos conocimos, se podría decir que no es casualidad. Pero entonces, ¿qué es? ¿el destino? Bueno, tampoco yo he sido muy materialista siempre, quizás exista de verdad algo que controla la vida. 
Busqué de nuevo mi ropa y empecé a vestirme para poder seguir relatándolo. Me daba miedo que se despertara, así que evité hacer ruido. Como regalo, cogí el jersey que me dejó para dormir y me lo llevé conmigo. 
Ahora sí que escribo en presente porque esto va para ti y no para tu historia:
Cielo, no olvides nunca que para mí lo eres todo. Al igual que tú me has tendido tu mano, yo voy a tenderte la mía cuando lo necesites. Sólo tienes que llamar. Llama y llora, si hace falta. Búscame, que siempre estaré para ti. Eres el jodido amor de mi vida, ese que nunca olvidaré y nunca podré comparar. 
Sandy, no olvides el significado de Sandy, mi noche. Eres todo lo que podría desear y no sé cómo encajarte en mi vida por más que ella me demuestre que eres la pieza de puzzle que me falta. Te amé, te amo y te amaré.

Sandy."

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